Quizá porque el verbo, el que nos mueve o nos detiene... a menudo no corre de nuestra cuenta.

sábado, 28 de julio de 2012

Un día de esos.


Robert Doisneau
El batiburrillo emocional me suele desordenar el cerebro y coloco en el podio lo que debería estar en la cola, cuelo en tercer plano lo que igual debería andar rezagado, y en el pelotón de los torpes se arrastra lo importante. Mi Sur más tórrido y sofocante escupe gotas saladas... de llanto y salpicaduras de un mar embravecido ... empañando el Norte más frío y racional. Ese equilibrio tan precario se va al traste. La claridad prácticamente desaparece ... aunque, afortunadamente, no del todo; pero las luces tenues e indirectas no alumbran la estancia del alma y, a cachos, la penumbra apenas deja asomar sombras fantasmagóricas y distorsionadas.  


Hoy es un día de esos... Escribo. TE escribo aunque no me leas. Prefieres saber de mis labios... con esa media sonrisa que fuerzo para disimular, quitar hierro... y a la que ya estoy acostumbrada. No quieres leerme. Te da pánico, vértigo a veces... No te preocupes. Sigo siendo yo. Y hoy... todo este batiburrillo no es más que añoranza.