Quizá porque el verbo, el que nos mueve o nos detiene... a menudo no corre de nuestra cuenta.

jueves, 9 de agosto de 2012

Parece que se va...



... pero cómo cuesta...¡Dios! Primero aprieta. El corazón estrujado por manos gigantes que se desplazan allá por donde quiere latir. Bum...bummmm ... entre los dedos despistados puede apenas bombear y se insinúa el riego. Bum... bum... bummm... Cuando las uñas afiladas logran hincar sus garras, sangra como un lamento; lamento herido, poroso... Pequeñas hendiduras por donde se filtra el Amor si quiero en ello ver Amor. Y quiero. Quiero creer que quiero. Lo deseo. Tengo deseos de desear que todo acaba en un mar calmado en el que el sufrimiento son regalos. Cantos rodados, conchas que albergaron perlas finas... el agua resbalando sobre las hojas agrietadas...

El corazón de madre es presa fácil. La conciencia antaño sometida ... más. Los arañazos retumban en la ladera de la montaña. Hay eco. Cosquilleo que quiere olvidar y le resulta complicado. Poco a poco parece que se va. Vuelve. Con una intensidad rebajada. Y el esfuerzo es menos importante que el abandono en una ola que te mece con ritmos sencillos, acompasados...