Quizá porque el verbo, el que nos mueve o nos detiene... a menudo no corre de nuestra cuenta.

domingo, 29 de julio de 2012

Martas



"Marta significa: "señora; jefe de hogar".

En Betania, un pueblecito cercano a Jerusalén, vivía una familia de la cual dice el Evangelio un elegio hermosísimo: "Jesús amaba a Marta, a María y a su hermano Lázaro". Difícil encontrar un detalle más simpático acerca de alguna familia: eran muy amados por Jesús"


Hay algunas Martas que han acompañado momentos de mi vida. Todos importantes. Destaco algunas.

La Marta morena de la juventud... de las escapadas para ver el mar en una ciudad que vivía de espaldas al mar... de confidencias... de reposo del alma. Querida Martona... Una luz en la oscuridad de la metrópoli...

Marta paracaídas... Tan mayor y todavía no sabía caer sin romperme la crisma. Refugio necesario para caminar con mis propios pasos. Ahora ya sin ella, el golpe lo amortiguan mis pies... Algunas de sus canas llevan mi nombre. Marta discreta y concienzuda. Tu querer fue como el de Salinas, "sacar de ti tu mejor tú"... Gracias siempre...

Marta redescubierta, risueña y tierna. Tenía un tesoro guardado y destapa esa caja de pandora con esencias frescas... Amable -digna de ser amada-  y , quizá ella no lo sabe, corazón que  aglutina, rescata y contagia optimismo y buen humor. Bella... por dentro y por fuera. Marteta...

Hay más que tres. Pero por orden cronológico, ellas son y serán un trípode. Si cierro los ojos y las visualizo... sonrío con Martona y Marteta... Momentos tiernos, como caricias... Y Marta lejana... Con su recuerdo se me escapa alguna lágrima. No era necesario que hubiéramos sufrido. Las cosas fueron así y las damos por buenas, ¿verdad?

Ellas tres y otras tantas... Hoy una oración especial para mis Martas. Oración del corazón para que el Creador derrame todas sus bondades, las arrope, las cuide. Yo solo sé quererlas. 

Una canción con mar... Un beso mediterráneo...