Quizá porque el verbo, el que nos mueve o nos detiene... a menudo no corre de nuestra cuenta.

lunes, 28 de mayo de 2012

Lo siento, Covey...


Me parece que me lo he cargado "fusilando" uno de sus párrafos densos, densos... Esta vez, algo más de ir por casa y no por ello menos certero. 

Primero recorres Leroy Merlin, Bauhaus y similares en busca de la escalera más alta. Encuentras una extensible que te cabe en el coche. Empleas más tiempo en el hallazgo y en colocarla de tal forma que, al apoyarla en el muro, corras el mínimo peligro posible. Unos zapatos con suela de goma y unos guantes que se agarran bien al metal. Un, dos, tres, cuatro... con cuidado, que resbala... cinco, seis... muchísimos peldaños. El sol te da en la nuca y sudas como un pollo. Y sigues... Llegas por fin a la meta. Desde arriba verías todo el panorama nítido...Eso te habían contado. Lástima que has obviado un pequeño/gran detalle: el paso previo. ¿En qué pared debía descansar la escalera? Subir es agotador, esforzado... pero no es lo más importante si al final de la ascensión hay un muro más alto que no te permite ver nada.

No encuentro la cita...